miércoles, 28 de mayo de 2014

ASMA EN EL EMBARAZO

El asma es una enfermedad crónica que conlleva una hiperreactividad de las vías respiratorias. Da lugar a un estrechamiento reversible del calibre de la vía aérea, dificultando el paso de aire a los pulmones.

¿Pero cómo afecta esta enfermedad a las mujeres durante el embarazo?


Durante el embarazo, la evolución del asma es impredecible. Se suele decir que 1/3 mejoran, 1/3 no presentan cambios y otro 1/3 empeora.



Por lo demás, es una enfermedad que influye poco en el embarazo. Solo los casos graves y que empeoren, suponen un riesgo materno y fetal importante.
En estos casos puede haber una disminución de la oxigenación fetal que dependiendo de la semana gestacional, afectará a de diferentes maneras al desarrollo del feto.

Hay especulaciones que afirman que el asma puede ser un factor de riesgo para el parto prematuro o bajo peso al nacer, pero no está demostrado.

Durante el embarazo, es esencial disminuir el número de crisis asmáticas. Muchas mujeres optan por abandonar los corticoides por miedo a que afecten al desarrollo fetal... Pero esta acción puede ser contraproducente, ya que una crisis asmática provoca una hipoxia fetal (aumentando las posibilidades de complicaciones).

Se recomienda que las embarazadas se pongan la vacuna de la gripe y hagan lo posible para prevenir infecciones.


El parto:

Se hace por vía vaginal, si no hay contraindicaciones. Se contraindica el uso de prostaglandinas para inducir el parto.

Si la embarazada ha estado tomando corticoides a altas dosis de forma crónica, hay que administrar hidrocortisona durante 1 día después del parto. Así, se evita la crisis suprarrenal durante el parto.

Si, en el embarazo se ha tratado con terbutalina, se debe disminuir su administración 2 semanas antes del parto. La terbutalina es un tocolítico e impide que una mujer se ponga de parto inhibiendo las contracciones uterinas.
La lactancia NO está contraindicada en ninguna enfermedad respiratoria.

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